21/12/12

#100: Lobo


La nieve... que sólo choca contra el suelo y espera al tiempo, que viene con el calor para esparcirse y luego disolverse y desaparecer.

Pero... yo lo sabía.



Y lo sé.

El lobo nace sordo y ciego. Aprende lo que le enseñan, a vivir en manada, para luego saber que su objetivo es sobrevivir y después hacer su camino.

Algunos lobos se tornan solitarios, sin razón descubierta aún, pero tuvieron alguna vez una manada.
Y pocas veces es acompañado a la par de otro, hasta que este muere y queda a esperar a que aparezca otra vida, pero no una canina, sino otra presa, para poder sobrevivir y una vez más, volver a la nada.

Volver a caminar en este blanco e interminable paisaje ártico.
Que por un impacto, se mancha de sangre por la bala del humano.

Conozco esta situación, ya la tenía en mente. Ya lo había preedicho, pero... Pero quise taparme la visión con el hecho de quedarme en la esquina al pensar que no sería así... Puedo tornarme ácido conmigo mismo por pequeños detalles. Pero son los más importantes.

Y las palabras son balas que impactan, algunas de ellas matan. Otras, solo te lastiman.
Y hay veces que esperás el disparo, pero frustra el que no salga.

Nadie se conforma con nada y todos cambian. Sé que cuando llegara el momento, iba a quedar en la esquina otra vez. Ante una acción determinantemente vil... No, vil no... pero el "detalle ácido" anterior ese dirigido hacia mi persona por alguien con quien pude alguna vez llegar a compartir algo...  Y siento que se me coagula un poco de sangre en el corazón cuando sucede, que a veces no escupo...

Y va quedando negro.

Como la esquina.

En la que siempre estuve.

Pero eso, no me preocupa... Cuando llego, miro ante mi entorno de estas 4 paredes blancas. Observo al espejo, y saludo al lobo que siempre me observa y me espera.

Siempre estuvo mi gorra de lana conmigo ante las temperaturas árticas estas para poder compartir ante este lobo mis opiniones, pensamientos, entenderme y saber que siempre voy a seguir, mientras esté conmigo mismo...

Ya que soy el único que estuvo siempre.

Cómo el lobo que del espejo.
Que siempre estuvo.
Al que observo.


EL QUE SOY.

Y aquel que derramó la sangre, ante el frío y en esa solitaria habitación polar. Para yacer tieso en esa helada, pero cómoda cama.

Y descansar.

Finalmente, dejar de sobrevivir, y descansar.



Gracias por leer (si es que lo leyó alguno)!  Jajaja